viernes, 24 de junio de 2011

El revelado sentimental

Ayer fueron a tomar un café "como amigos". Él no entiende ni aprueba eso de ser amigos pero, como siempre, anda cuidando de los sueños de ella, y si el que tiene ahora es que pueden tomar café de forma inofensiva y agradable, como si nadie hubiera sufrido la apertura en canal de su corazón, ahí estará él, sentado fuerte y heroico como una estatua impasible. Alimentando su sueño de normalidad mientras mira embobado cómo ella le quita la mermelada a la galleta con la uña, cómo le sonríe dulcemente al camarero cuando le cambia el sobre de azúcar por uno de sacarina.


Hoy está sentado frente al ordenador, solo, reflexionando sobre algo que ella le dijo cuando hacía un rato que se habían terminado los cafés. Ya habían repasado todos los temas de conversación apropiados (el trabajo, los amigos comunes, la crisis) y evitado los inapropiados (¿te acuestas con otros? ¿te acuerdas de mí?). Entonces ella se quedó mirando un punto por detrás de él con la barbilla apoyada en la mano.
- Tú nunca estuviste enamorado de mí - dijo -. Yo te gustaba, sí, pero enamorado no creo que llegaras a estar.