"A ver por dónde empiezo, que para mí no es fácil contarlo... estoy un poco nervioso, de hecho. Yo es que no creo en los psicólogos, ¿sabe? Pero bueno, se lo cuento y punto.
>> Que todo empezó por una contractura en el cuello. El típico día que te levantas y dices "habré cogido una mala postura", y te pasas la mañana frotándote el hombro con disimulo. Luego van pasando los días y cada vez te duele mas, y te frotas, te encoges, el hombro cada vez más pinzado y tú hecho polvo... y al final alguien me propuso lo de ir al fisio. Pedí un número, llamé, me dieron cita y allí que me planté.